lunes, 29 de junio de 2009

Cuidando los dientes de nuestros hijos

Durante ya algunos años he tenido el privilegio de colaborar en esta prestigiada casa editorial semana tras semana, con este espacio dedicado a la información y orientación sobre la odontología pediátrica, con el propósito de que nuestra comunidad infantil y adolescente sean una población con una mayor oportunidad de tener, mantener y conservar una buena salud bucodental.

Hemos hecho hincapié en la importancia de la prevención, que es la mejor manera, de mantener y conservar nuestra salud, hemos platicado del papel tan importante que tienen los padres sobre sus hijos, como los principales motivadores en su proceso de aprendizaje sobre la importancia de la salud dental, en fin, de todos aquellos temas que nos ayudan a conocer, entender y aprender más de cerca del cuidado odontológico.

En esta oportunidad, quiero compartir con ustedes que nos hacen el honor de leer este espacio, un bello pensamiento que me hicieron el favor de enviarme, y que no sólo llamó mi atención sino también me llegó al corazón, felicito a quien lo haya escrito porque considero que la más bella recompensa para quien realiza algo es dejar huella en el corazón de las personas.

Este pensamiento invita a reflexionar a todos aquéllos que todavía tienen el privilegio de contar con su padre. Sobre todo en este mes que se celebra el día del padre.

El día en que este viejo ya no sea el mismo ten paciencia y compréndeme, cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide cómo atarme mis zapatos, tenme paciencia, recuerda las horas que pasé enseñándote hacer las mismas cosas.

Si cuando conversas conmigo, repito las mismas palabras y sabes de sobra cómo terminan, no me interrumpas y escúchame.

Cuando eras pequeño, para que te durmieras tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerraras los ojitos.

Cuando estemos reunidos y haga mis necesidades, no te avergüences y comprende que no tengo la culpa de ello, pues ya no puedo controlarlas, piensa cuántas veces cuando niño te ayudé y estuve paciente a tu lado esperando a que terminaras lo que estabas haciendo.

No me reproches el que no quiera bañarme, no me regañes por ello, recuerda los momentos en que te perseguí y los mil pretextos que te inventaba para hacer más agradable tu baño.

Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entenderte, suplico que me des todo el tiempo que sea necesario, para no lastimarme con tu sonrisa burlona.

Acuérdate que fui yo quien te enseñó tantas cosas, comer, vestirte, y cómo enfrentarte a la vida tan bien como lo haces, todo ello es producto de mi esfuerzo y perseverancia.

Cuando un momento mientras conversamos me llegue a olvidar de lo que estamos hablando, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que me recuerde y si no puedo hacerlo no te impacientes, tal vez no era tan importante, lo que quería, es estar contigo en ese momento.

Si alguna vez ya no quiero comer no me insistas, sé cuánto puedo y cuándo no debo, también compréndeme que con el tiempo ya no tengo dientes para morder ni gusto para sentir.

Cuando mis piernas fallen por estar cansadas para andar, dame tu mano tierna para apoyarme como lo hice yo, cuando comenzabas a caminar con tus débiles piernitas.

Por último, cuando algún día oigas decir que ya no quiero vivir y sólo deseo morir, no te enfades.

Algún día entenderás que esto no tiene nada que ver con tu cariño o cuánto te amé.

Trata de comprender que ya no vivo, sobrevivo y eso ya no es vivir.

Siempre quise lo mejor para ti y he preparado los caminos que haz debido recorrer.

Piensa entonces que con ese paso me adelantaré.

Estaré construyendo para ti, otra ruta en otro tiempo, pero siempre contigo, no te sientas triste, enojándote o impotente por verme así.

Dame tu corazón, compréndeme y apóyame como cuando empezaste a vivir.

De la misma manera como yo te he apoyado en tu sendero, te ruego me acompañes al terminar el mío.

Dame amor, paciencia y te devolveré gratitud y sonrisas con el mismo amor que te tengo.

Tu Viejo.

Para finalizar, felicitamos a todos los papás que el domingo pasado celebraron su día, les recuerdo, protejamos y cuidemos los dientes de nuestros hijos oportunamente.

"Es la prevención, nuestra mayor preocupación".

¡Hasta la próxima!
 

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Frase de la semana

Una gran sonrisa es un bello rostro de gigante (Charles Baudelaire)

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